Tus palabras como un taladro.
Arrancando cada neurona.
Vaciandome.
Anulandome.
Tus silencios como agujas,
o pinzas.
Como clavos en el alma.
Como navajas en los ojos.
Y yo, prendida de un piolin
sostenida por el aire,
luchando por seguir"
Ludmila Espindola