"La cabeza toda desparramada
en los delgados dedos verdes,
levito como gotitas de mar
suspendidas en las horas eternas.
Eterea, efímera para tus ojos
tan abiertos.
Tan cerrados que no perciben
que muto infinitamente
y nunca voy a ser
lo que vos crees que viene."
Ludmila Espindola
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